sábado, 2 de enero de 2010

AMANITA MOSCARI



Con mi familia de féminas viendo The Changelling, mi hija volando en fiebre y el fracaso de nuestro inicio de tigre, recuerdo esas épocas azules en mi niñez.

Siempre que tenía ese miedo enfermizo una de las tías me decía: "Miedo tienen las personas con la mente sucia, cochina". Claro y yo seguía aún más jodida del miedo.

Yo tenía 4 años, mi nana "estaba enferma ya casi un año", entraba a un jardín nuevo y por las noches soñaba con ella de la peor manera que una pequeña podría soñar a su mejor aliada.

Yo tenía a papá pitufo, hasta que mi mamá escucho una historia extraña de estos seres azules, así que le pidió a mi abuela una noche que se lleve ese muñeco y lo bote por algun lado.

Papá pitufo se metía en mis sueños y me inquietaba, lo veía llorando en el parque. Y me jalaba. Me desperté durante la amanecida llorando y le conté a mamá.

Al día siguiente ella llamó a la abuela y le pregunto donde botó al muñeco, y ella le dijo que lo dejo en una banca del parque...



'Pueden ser mierdasss pero todas estas cosas siempre las he creído y las creo pues las viví. Andrea ya no estaba a mi lado, y pues me imagino que de cierta manera me afectaba su ausencia.
También a esa edad somos como el principito captamos las cosas de un modo tan distinto que ahora lo veo con realidad y maldad, pues dentro de mi verdad y de la de cualquiera existe esto de la maldad y de la mente sucia como lo decia una de las tias. A esa edad los niños son unas pequeñas esponjitas que nadie mas que la madre se debe encargar de lo que ven en la televisión.

Tal vez por eso no me asusta que mi hija disfrute tanto con "El gran chaparral".